martes, 31 de mayo de 2011

Nuestra Revolución

Haciendo una sencilla cuenta, calculo que fuí concebido alrededor de Diciembre de 1978, cuando el pueblo español votó a favor de la Constitución. Por esto, y más razones me considero hijo de la democracia española. Yo, mi generación, mi hermano pequeño, mis primos y creo que todos los que son más jóvenes que yo.

En los últimos años hemos visto cómo la democracia y la constitución están perdiendo su sentido. Estoy harto de escuchar palabras como democrático, estado de derecho, y libertad en boca de políticos y otros personajes públicos con un trasfondo interesado, tendencioso y vergonzoso.

Entiendo que la democracia no es votar a uno o a otro y que hagan lo mismo, que en un estado de derecho los gobernantes no tienen poder sobre los jueces, y que la libertad personal pasa por el respeto de las libertades y la dignidad de los demás.

Por lo que sé de la Constitución Española, (http://es.wikipedia.org/wiki/Principios_constitucionales) sus principios son:
-Libertad
-Justicia
-Igualdad
-Pluralismo político

Es triste, pero parece que ya no hay nada de esto en nuestro país (ni en muchos). No se puede ser libre con una hipoteca, no es justicia que un político no vaya a la cárcel cuando roba, no es igualdad que nosotros paguemos la crisis de los bancos, y lo del pluralismo político ni lo voy a comentar.

Por todo esto, es necesaria una regeneración. No entiendo de leyes, pero sí que entiendo que NO se está cumpliendo la Constitución. Y creo que cientos de miles de españoles están de acuerdo con esto. Como hijo de la constitución, siento la obligación de defenderla.

En los últimos 15 días, he visto a la gente salir a la calle a manifestarse por sus derechos, he visto personas que se han jugado su integridad física defendiéndolos ante la policía, y he visto a los gobernantes mirar para otro lado. He visto un hombre en silla de ruedas ser apaleado por un policía, he visto una señora ponerse ante una furgoneta de los Mossos d'Esquadra para evitar la violecia, y he visto a una mujer empujada y pisoteada por la policía llorando desconsoladamente.

Es suficiente. Nos toca actuar. Igual que lo hicieron nuestro padres y nuestros abuelos por nosotros. Nos toca luchar pacíficamente por nuestros hijos y nuestros nietos. Por una libertad aunténtica, por una democracia real. Por nuestra dignidad. En las plazas, en las calles, en internet, donde sea. Que cada uno aporte lo que pueda. Todos debemos entender que esas personas que acampan y se manifiestan son ciudadanos que desean un Sociedad más justa, mas equitativa y más democrática.

Esta situación es insostenible y creo que ahora es el momento de nuestra revolución, como en la canción de Amaral.

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