viernes, 9 de abril de 2010

Fingimos y aguantamos

Fingimos que trabajamos las 8 horas, fingimos que hacemos caso al jefe, fingimos que tenemos un buen sueldo, fingimos que nos interesan los clientes, fingimos que nos caen bien nuestros compañeros, que nos cae bien nuestra suegra, y nuestros vecinos. Fingimos que vemos cine español y documentales de la 2, fingimos que nos gusta el cine americano, fingimos que hemos leído a Quevedo o a Cervantes. Fingimos que nos hacen gracia los chistes, fingimos que nos interesan las noticias, fingimos que somos solidarios, fingimos que no queremos un coche mejor, una casa más grande, fingimos que nos gusta la ciudad en la que vivimos, fingimos que cumplimos la ley, fingimos que obedecemos la normas de tráfico, fingimos mil veces cada día.

Y aguantamos. Aguantamos levantarnos cada mañana demasiado pronto, aguantamos las broncas del jefe, los marrones que nos calzan los compañeros, aguantamos ser un número para la empresa, aguantamos para llegar a fin de mes, aguantamos las neuras de los clientes, aguantamos gilipollas y más gilipollas. Aguantamos el tráfico, la polución, el ruido, aguantamos políticos corruptos, aguantamos mangantes y espabilados, aguantamos buitres, aguantamos con una sonrisa, aguantamos compañías insensibles, aguantamos teléfonos de información inservibles, aguantamos facturas demasiado abultadas y sospechosas, aguantamos pagar impuestos, aguantamos que algunos se forren a nuestra costa, aguantamos hasta que llega la primavera y luego el verano, aguantamos hasta las vacaciones, aguantamos hasta que llega el fin de semana, aguantamos mala educación, aguantamos falta de respeto, desprecio y que nos miren mal, aguantamos incopetentes y vagos, aguantamos insultos, injusticias, doble moral. Aguantamos el dolor, aguantamos las ganas de mear, aguantamos colas en el banco, el super, el cine, aguantamos la crisis que no hemos provocado, aguantamos y aguantamos cada día. Y al día siguiente.

Aguantamos lo que pasa y fingimos que está bien.
¿Hasta cuando?.

sábado, 30 de enero de 2010

La pataleta de las discográficas (In)dependientes

Esta mañana he leído un artículo en la versión digital de El País que informa sobre la intención de un conjunto de discográficas independientes de tomar acciones legales contra el gobierno por "tolerar las descargas ilegales por Internet y no perseguir a los infractores".
Por si lo queréis mirar:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/discograficas/independientes/alzan/Gobierno/elpepucul/20100130elpepicul_1/Tes

Venga. Otros que se apuntan a la fiesta.
Obviaremos el tema de que la crisis se hubiera llevado por delante gran parte del negocio y de los empleos de la industria discográfica aunque no hubiera habido piratería. Opino que la gente que ingresa menos recorta lo primero en ocio, como libros o discos. Lo menos necesario.

Resulta paradógico que aquellas discográficas que se hacen llamar independientes, de repente sean dependientes, en este caso del gobierno, y se unan al lobby de la SGAE y grandes productoras musicales reclamando al estado una responsabilidad que creo que no tiene.

La tecnología hace que la industria en general tenga que adaptarse. Nadie denunció al gobierno cuando el CD aniquiló a la cinta de cassette, o cuando éste se llevó por delante al vinilo. Vale que Internet elimina el factor tangible de producto con el que sacar el margen de beneficios al que se habían acostumbrado, pero sí hay otras empresas a las que se paga este servicio de conexión (y a precios muy altos en comparación con otros países).

Las discográficas independientes se han beneficiado en muchos casos de la red. Numerosos son los grupos que seguirían siendo totales desconocidos si no se hubieran dado a conocer por medio de myspace, sitios de descarga gratuita o P2P, como por ejemplo Mika, Lilly Allen o The Arctic Monkeys (ex-reyes del indy), y en el caso español Porta (uff), el pihip-hopero de Barcelona. El éxito de estos y otros tantos artistas fue gracias a la promoción en Internet, antes de que les enguyera la industria. Sin mediar un exagerado presupuesto en publicidad y promoción.

Ahora, los "indys" se tiran piedras sobre su propio tejado. Sin dinero para promoción y sin P2P, ¿quién va a escuchar esas bandas que nadie conoce? Claro. Cuando ganamos gracias a Internet, de p--- madre, cuando perdemos, hay que buscar culpables.

El asunto pricipal en todo esto, es que tanto los independientes como los otros no han sabido adaptarse. Ha habido muchos que han puesto en marcha venta de música online y les ha funcionado, mientras otros siguen intentando vender un producto a un precio de escándalo (un CD 18 €.. !?!). El sistema que hemos conocido se queda obsoleto. Tendrían que invertir en música en directo, bajar precios en general, intentar venta por internet o incluir en el producto valor añadido, en vez de regalar el dinero a unos abogados para que se den tortazos contra el gobierno. Pataletas.

Por último, según el artículo 44.1 de la Constitución "Los poderes públicos promoverán [..] el acceso a la cultura, a la que TODOS tienen derecho". Y ellos no son todos.

Y otro día ya iré con la Sociedad Ganancial de Artistas Estafadores. Que hay tela.